Policiales

Una trama estremecedora en asesinato de empresario español

El empresario español Roberto Fernández Gómez (67), que estaba desaparecido desde el sábado pasado, fue hallado asesinado en un descampado del partido bonaerense de Cañuelas y por el hecho están presos su yerno y otro hombre que quedaron comprometidos por imágenes.

BUENOS AIRES.- El empresario español Roberto Fernández Gómez (67), que estaba desaparecido desde el sábado pasado, fue hallado asesinado en un descampado del partido bonaerense de Cañuelas y por el hecho están presos su yerno y otro hombre que quedaron comprometidos por imágenes tomadas por cámaras de seguridad del edificio de la víctima, en el barrio porteño de Caballito.

El cuerpo de Fernández Gómez, que fue encontrado por un baqueano, estaba quemado y descuartizado, y poco antes había sido hallado incendiado el auto en el que fue llevado hasta esa zona.

El cadáver, pese al estado en que fue hallado, conservaba algunos pequeños detalles, como una cadena con un rosario que el hombre siempre usaba, y fue reconocido por su familia, según dijeron fuentes del caso.

Aunque se investigan las causas del crimen, trascendió que la víctima -que se dedicaba a la construcción- habría estado por denunciar a su yerno por una cuantiosa estafa y además habría faltado dinero de su casa.

Poco antes de conocerse el descubrimiento del cuerpo y la identificación, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, que conduce Martín Ocampo, dio a conocer un comunicado donde brindó un pormenorizado detalle de los hechos previos.

El yerno del empresario, llamado Santiago, se presentó espontáneamente en la dependencia policial, y ante las consultas con el magistrado interventor se decidió detenerlo

Así, comenzó explicando que “la Policía de la Ciudad detuvo en las últimas horas a dos personas por la desaparición de un empresario de la construcción, de quien no hay rastros desde el sábado 21 de enero”.

Precisó que la investigación comenzó el domingo 22 de enero por la noche, “cuando se hizo presente en la Comisaría 11 la hija del empresario Roberto Fernández, quien indicó que no sabían nada acerca del paradero de su papá desde el sábado a la mañana”.

La joven explicó que estaba en una quinta y recibió el llamado de su madre, quien señaló que “no sabía donde se encontraba Roberto”, por lo que la chica, tras realizar varios llamados, decidió retornar a la Capital Federal.

Ambas entraron a la casa, en Aranguren al 30, y “sólo notaron la falta de un acolchado en la pieza principal”. Entonces decidieron “ver las cámaras de seguridad y llevarlas a la Policía”.

“El yerno del empresario, llamado Santiago, se presentó espontáneamente en la dependencia policial, y ante las consultas con el magistrado interventor se decidió detenerlo. En el día de hoy fue trasladado a la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal (en Tribunales). Asimismo, se secuestró su vehículo particular con el que el sospechoso había llegado al lugar”, añadió el ministerio que conduce Ocampo.

Explicó además que ayer (lunes) se supo que el vehículo, un auto Suzuki Fun, “fue hallado incendiado en jurisdicción de la Comisaría 3 Transradio”, en Esteban Echeverría, pero “el cuerpo del empresario no estaba allí”.

Entonces se libró una orden de allanamiento para el domicilio del imputado y se realizaron pericias con luminol en el domicilio de desaparecido, “dando como resultado positivo, con manchas de sangre en el baño y en los pasillos de la vivienda”.

“También se realizó un allanamiento en un domicilio de la calle Senillosa al 300, donde vive el yerno, imputado en la causa. Allí se secuestraron varias prendas de vestir y una notebook de color gris”, añadió la cartera.

También el lunes las hijas del empresario denunciaron que recibieron una llamada de un hombre, quien les dijo que la otra persona involucrada en la desaparición del padre “era Ricardo, quien trabajaba como empleado de la empresa que manejaba la víctima”.

Por eso el juez dio intervención a la División Homicidios de la Policía Federal, que realizó un allanamiento en un depósito de maquinaria de la calle Humboldt, donde una persona aportó el lugar donde se encontraría el tal “Ricardo”. Enseguida los policías fueron a las inmediaciones de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores y lo detuvieron.

Asimismo, el ministerio detalló que en las imágenes de las cámaras se vio que el sábado a las 8.42 Roberto Fernández Montes salió de la vivienda, mientras que a las 9.05 entró el llamado “Ricardo”. A las 12.09 regresó el empresario y a las 12.54 “Ricardo” le tiró las llaves por el balcón a Santiago, quien subió a la casa. A las 13.20 bajaron al garaje los dos sospechosos “con un acolchado y un cuerpo adentro y lo pusieron en el baúl de un auto Suzuki Fun”.

La pareja de la víctima había dicho antes de conocerse el hallazgo del cadáver que “lo sigo esperando, vivo, no hablo de muerte. El sábado me comuniqué con él toda la mañana. Pero luego perdí contacto y a las cinco de la tarde fui hasta su casa. Ahí llamé a la hija, se vino desde Escobar para abrir el departamento, porque vivía con su padre. Después vino la otra hija, la más grande”.

La mujer, llamada María del Carmen, agregó que el yerno fingió colaborar con la búsqueda. “Esa mala persona le decía que se quedara tranquila. En la casa no vimos nada raro, hasta que la hija más chica, que vive con él, se da cuenta de que faltan las sábanas de la cama”.

María del Carmen contó que ahí comenzó la búsqueda, durante la cual, acompañados por el yerno de su pareja, fueron hasta el galpón de la empresa en el barrio porteño de Chacarita. Al no saber nada sobre su paradero, decidieron radicar la denuncia policial que derivó en la investigación. Trascendió que el empresario habría estado por iniciar una denuncia contra su yerno por una posible estafa. El detenido se habría negado a declarar hoy en la justicia.

La mujer contó que “de un día para el otro Roberto descubre que lo citaban de la AFIP porque tenía deudas, que sus camiones y sus empleados estaban sin seguro y que estaba todo impago. Su yerno era quien manejaba la administración y le escondía todo. El no podía creerlo, me pide ayuda; empezamos a hacer una investigación y supimos que había sacado como 10 o 15 créditos sin consentimiento y la plata que entraba la giraba a su cuenta corriente”.

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